Un descanso en mi interior
- cristinacayuela
- 2 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Hola a todos. Ya estoy aquí otra vez y quiero compartir con vosotros lo que han significado para mí estas vacaciones: conexión y desconexión.
La conexión ha sido a través de mi familia, entre nosotros, sin los horarios y sin las normas que nos impone la vida cotidiana, disfrutando de experiencias que no nos atara a nada que no fuéramos nosotros mismos. Los momentos eran nuestros creando una cercanía que, a veces, habíamos perdido sin darnos cuenta, en el ir y venir de nuestras respectivas vidas.
A desconectar me ayudó la naturaleza. Naturaleza que nos proporciona belleza, salud, paz y que tan poco cuidamos. Primero en el mar, después en la montaña. La paz llegó activando todos mis sentidos: viendo paisajes maravillosos y observando los animales, libres en su entorno; escuchando las olas del mar romper en la orilla, el sonido de las hojas de lo árboles movidas por el viento o el silencio de la primeras horas de la mañana; oliendo el césped mojado o la leña de la barbacoa que se preparaban los de la casa de al lado; sintiendo en mi cara y en mi cuerpo la brisa de la playa, el agua fresca del mar o de la piscina, el aire aún fresco de la mañana; añadiendo el placer de disfrutar de la comida sin mirar el reloj, lo que hacía que aquello que tenía delante, aunque fueran unos simples macarrones, los saboreara con calma percibiendo su sabor y textura.
Y la meditación, un gran apoyo para disipar fantasmas interiores y ahuyentar los malos pensamientos que se quedan en los recovecos de mi mente, aquellos que sólo sirven para entorpecer mi paz interior.
La naturaleza me ayudó. Ahora me toca a mí proteger lo que ella me ha enseñado y cuidar de ella como estos días ella me ha cuidado a mí.
Feliz vuelta a todos.

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