Respetos guardan respetos
- cristinacayuela
- 23 nov 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 nov 2018
Tenía que hacer unas compras, así que he aprovechado que hoy era el día del Black Friday y me he acercado a unos grandes almacenes para adquirir lo que necesitaba, y de paso darme algún capricho. Estaba abarrotado y había cola para todo, para el probador, para pagar, y como no, para ir al servicio. Como siempre, una fila larga para el de señoras y casi nadie para el de caballeros. Esperando todas pacientemente a que llegara nuestro turno para entrar, vimos salir a una señora del servicio de caballeros, con la mirada atónita tanto de nosotras como de ellos. Ella se dio cuenta y con una sonrisa puso como excusa (nadie se la había pedido pero sabía que había hecho mal) que no podía aguantar más y que había pasado con su marido, y que además, si queremos igualdad, eso no nos debía importar. Entonces yo, para no variar, dije en alto -señora esto no es una cuestión de igualdad, es una cuestión de respeto- comentario que sirvió para que las señoras que estaban a mi alrededor me dieran la razón y se hiciera un pequeño murmullo. Mientras esperaba mi turno para entrar estuve pensando sobre lo que había pasado y llegué a la conclusión de que el respeto se está devaluando. Eso, o que está cambiando tanto el concepto, que cada vez tiene menos que ver con el que me inculcaron: cuidar mis modales a la hora de comer, tener en cuenta el horario para no molestar a mis vecinos, no llamar por teléfono a horas intempestivas, y otras normas de convivencia, en el que la explicación que me daban mis padres al preguntarles por qué tenía que hacer eso, la respuesta era clara: por respeto. Así que me puse a pensar en actitudes de respeto en el trato hacia otra persona:
- no creerse superior,
-tratarle con amabilidad,
-no herir los sentimientos,
-escuchar sin juzgar,
-ponerse en su lugar,
-evitar decir algo que le vaya a producir un sufrimiento innecesario,
-no intentar cambiar su forma de vivir o de actuar, a no ser que ésta sea un peligro para su integridad física,
-utilizar más a menudo las palabras por favor, gracias, perdón,
-cumplir las normas,
-aceptar sus creencias, sin hacer burlas sobre ellas,
-aceptar sus no creencias, sin querer convencer,
en definitiva, ponerme límites para no traspasar los límites de la otra persona.
Sin respeto no hay tolerancia, y no quiero pensar qué pasaría si en las relaciones interpersonales carecieran ambas cosas. O quizá si sería necesario pensar en ello.

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